Por: Jhon Jader Acosta Vergel.
Comunicador social.
Soñarejú, Asociación Educar para la Paz y la Noviolencia.
Objetores y Objetoras por conciencia Cúcuta, Norte de Santander
Entre trazos, líneas de colores y lírica Rap. Se logró cumplir el objetivo del taller de esténcil, en el que las y los jóvenes de la ciudadela de Juan Atalaya y otros barrios aledaños expresaron su objeción por la guerra y la violencia. Con el apoyo de nuestro nuevo parcero Emilio Torres, integrante del colectivo Beligerarte, se dio inicio al trabajo y al proceso de esténcil en la fundación creciendo unidos. Que más tarde dio frutos significativos a la hora de crear y pintar.
Con la participación de 20 jóvenes algunos ya con experiencia en el Grafiti y otros en el camino del Hip-hop y el Rap, se logró articular esfuerzos con los demás chicos para construir una idea colectiva que pudiera sensibilizar y cuestionar a toda la comunidad, dejando en el muro un mensaje profundo e impacto en las mentes de las personas.
La socialización del tema de la objeción por conciencia se abordó el sábado 14 de mayo de manera dinámica y con el enfoque socio-afectivo, de confrontación y transformación de conflictos, que evidenciaron muchas situaciones personales y sociales.
El domingo 15 en la mañana se hizo una presentación en Power Point por el tallersista Emilio, que contextualizo la situación del servicio militar obligatorio en Colombia; hablo del el arte como proceso de resistencia y acción noviolenta.
Las dudas se aclararon para muchos jóvenes que tal vez nunca habían escuchado este tema o mejor aún, que no sabían que la objeción era un acto natural del hombre, un derecho fundamental, una posición política, social, filosófica, moral y religiosa.
Rápidamente las ideas para construir el mural salieron a flote, como si los cerebros reaccionaran ante un dejavu histórico difícil de olvidar. Después de una larga socialización los participantes propusieron imágenes antimilitaristas y transformadoras que pudieran generar reflexión y acción.
Como artesanos todos se dedicaron a construir sus instrumentos de paz, dedicando horas a moldear los pinceles y tener preparos los aerosoles de colores; las únicas armas que no derramaría sangre en un campo de batalla. Herramientas que lograse despertar la conciencia de aquellos que caen, al abismo infinito de la insensibilidad y la violencia.
Finalizando la tarde, Entusiasmados y con idea en mente. 15 jóvenes estuvieron enfrente de un gran lienzo de concreto, sacaron sus herramientas y los colores de la conciencia para crear el Mural de Resistencia Noviolenta.
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